En Mesoamérica cada pueblo tenía sus propios tejidos y vestimenta, con diseños y teñidos propios de su localidad. La vestimenta también indicaba la clase social a la que pertenecía la persona. La ropa más común estaba hecha de fibras vegetales, como el maguey. Entre los aztecas, los hombres y las mujeres de clases sociales altas usaban tejidos mucho más finos, por lo general de algodón y con decoraciones más sofisticadas. Los trajes cubiertos con plumas eran para los nobles y los oficiales de alto rango. No usaron lana, pues no tuvieron animales de donde obtenerla, como los camélidos en los Andes. Sin embargo usaron pieles curtidas de diferentes animales de su entorno.